No es la Final Four de París, pero es una gran noticia para el club y para la afición que tanto han sufrido este año. Al final el Bilbao Basket se verá las caras con el Alba Berlín y el gran favorito, el Power Electronic Valencia contra los griegos del Panellinios. Si tuviera que apostar, lo haría por los valencianos porque están un paso por encima del resto, pero habrá que ver lo que resulta de las semifinales. El lunes se ponen a la venta las entradas, y creo que nos juntaremos unos cuantos para ir a Vitoria, a tratar de animar al equipo.
El partido que nos ofrecieron los bilbaínos ayer, fue lamentable. Meter 46 puntos se diga lo que se diga no me parece otra cosa, y con un segundo cuarto en el que parecían infantiles. En dicho periodo se metieron 5 puntos y los checos estuvieron a punto de dar la vuelta a la eliminatoria, pero por suerte tampoco encestaron mucho. Se salvan de la quema en mi opinión, Mumbrú, Seibutis que revolucionó un poco el partido, Banic, y Hervelle. Javi Rodriguez hizo un gran trabajo defensivo que no hay que olvidar, por mucho que pese a una gran parte de la afición que le recrimina que no mire al aro.
Se cumplió el objetivo, pero de una manera que nadie se esperaba, y los pitos que se oyeron al finalizar la primera parte me parecen lógicos. Al llegar a casa escuché los comentarios al respecto de los comentaristas de Radio Popular, y estaban como indignados por dichos pitidos. La verdad que hay que ser un poco objetivo, la gente pensaba que iba a ir a una fiesta del equipo local, y vieron uno de los peores partidos de la temporada.
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