martes, 26 de octubre de 2010

País de espías

Último libro que he leído de William Gibson, y creo que también el último publicado en castellano.
Hablar de este autor norteamericano es hablar del padre del cyberpunk, creador del concepto de cyberespacio, allá por 1984 cuando publicó el clásico Neuromante, una de las novelas que más me han llamado la atención, y más viendo las fechas de su publicación. Su impacto fue similar al de leer Blade Runner de Dick o ver la cinta de Scott.
Esta novela fue la primera parte de una trilogía, junto a Conde Cero y Mona Lisa acelerada que desde aquí recomiendo.
Siguieron a éstas, la tríada compuesta por Luz Virtual, Idoru y Todas las fiestas del mañana, que aunque tienen interés creo que no llegan a la calidad de las primeras.
No debemos olvidar Quemando cromo, recopilación de diversos cuentos del autor, y donde nos encontramos a Johnny el Mmemonico, del cual se hizo una película posterior, y donde destaco el que da título al libro.
En los últimos años el autor ha dejado un tanto los temas muy futuristas y ha publicado Pattern recognition y País de Espias, donde el 11-S tiene influencia bastente influencia en el desarrollo de los textos.
El lineas generales, a mí me cuesta leer a Gibson, Neuromante se me hizo difícil, teniendo que releer parrafos y aunque es la novela, quizá más complicada, el resto no son sencillas. Puede que sea por la terminología, la traducción, o por sus descripciones... no lo sé, pero incluso sus dos últimas que no tienen tanto tecnicismo no son novelas muy sencillas. Que haya que prestar atención no quita que sean novelas, sobre todo la primera trilogía, apasionantes. Sus personajes, sobre todo en sus inicios, suelen ser perdedores, drogadictos, o marginados a los que se les da una última oportunidad, y quizá sean las descripciones de lo que perciben estos personajes, lo que sea complicado de imaginar. Las historias se desarrollan en un ambiente opresivo, en una sociedad completamente decadente y amoral.
Yo las leí hace ya muchos años, quizá cuando estaba en el colegio, y tengo un grato recuerdo de ellas. Algún día las releeré, pero eso no se cuando va a poder ser.
Y entramos en País de espías.
Novela que como suele ser habitual en el autor, va desglosada en tres historias. En este caso la de Hollis Henry, una antigua cantente de pop que escribe para una revista y que trata de localizar a un artista multimedia creador de una especie de generador de imagenes virtuales, la de un chinocubano Tito, que se dedica a transferir información y la de Milgrim, un adicto a las drogas con gran conocimiento de ruso, que es secuestrado por Brown para que traduzca diversos datos que va recopilando.
La novela me ha dejado un poco frío, porque su desarrollo es lento y su final quizá demasiado rápido para lo que prometía.
Dejo una entrevista con el autor que he encontrado por internet, que aunque sea ya de hace unos años es interesante.

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