sábado, 30 de mayo de 2009

Wim Mertens en concierto

Ayer viernes recalé en Tolosa para ver y sobre todo escuchar a Wim Mertens o a la Wim Mertens ensemble como se indicaba en los carteles.
Llegamos al lugar con unos 30 minutos de antelación, pero en el teatro Leidor no me podían dar las entradas ya que las había sacado por internet. Nos indicaron donde había una Kutxa para imprimirlas y volver, con lo que el café que tenía pensado tomarme fue cancelado.
Volvimos al teatro 15 minutos antes de que empezara el espectáculo, pero no abrió las puertas hasta casi la hora del inicio del concierto, con lo que éste empezó con 10 minutos escasos de retraso.
Según pude escuchar mientras esperábamos la apertura de puertas estábamos bastante gente de fuera, cosa que me imaginaba.
El aforo no estaba lleno, 3/4 partes más o menos. Soy bastante desastre para calcular las personas que hay en un lugar, pero unas 550 personas creo que sí nos habíamos dado cita.
Y empezó el concierto con ovación, Mertens (piano y voz) y el quinteto de cuerda que le acompañaba, dos violines, viola, cello y contrabajo. Durante la primera parte nos ofreció bastantes temas de su disco Receptable publicado en 2007. Ovación tras ovación con un público entregado desde el principio.
Y llego la segunda parte, y entonces llegó la apoteosis con Wound to Wound de su disco Jardín clos, el público empezó a aplaudir antes de acabar el tema y durante un buen rato tuvieron que esperar para proseguir con la siguiente composición. Se tranquilizó un poco el ambiente mientras los músicos repasaban otros temas de Receptable y algún otro clásico de Integer Valor. Por cierto, me puede fallar la memoria con los temas.
Tras unos 50 minutos de segunda parte, salieron del escenario, pero volvieron otra vez y aquí es cuando la clase de Mertens sobresalió, tras hora y 50 minutos de concierto intenso, nos regaló otros 45 minutos y cantando en casi todos los temas. No se cuantas veces se levantó el publico, pero lo menos 5, y allí estaban los pobres músicos tocando y tocando y parecía que el belga no quería parar, ya que era el que les indicaba que se continuaba. Los dos violines tuvieron un despiste en uno de los bises y no entraron a tiempo, pero es que Mertens parecía una máquina al piano.
Yo esperaba que tocaran Maximizing de Audience, pero no se lo que hubiera pasado porque la verdad que un ambiente increíble.
No tocaron el tema antes citado, pero sí otros dos clásicos del autor, Struggle for pleasure de la banda sonora de El vientre del arquitecto de Peter Greenaway y Close Cover.
Los músicos debieron acabar agotados, pero yo les agradezco su esfuerzo, porque fue uno de los mejores conciertos en los que he estado. Siempre comento un concierto de Kroke en Madrid hace unos años y otro de Kila en Bilbao como conciertazos, pero es que el de ayer creo que los superó.

El sábado que viene Dulce Pontes actúa en Tolosa con lo que allí volveré.

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