jueves, 24 de diciembre de 2009

Achúcarro y BOS

El martes 22 no me tocó la lotería y eso que este año me había gastado un buen dinero, pero por lo menos pude presenciar uno de los conciertos que más me han agradado los últimos tiempos, aunque haciendo memoria, muchos me han encantado y todos me han agradado.
El recital en cuestión fue el de Joaquín Achúcarro en el teatro Arriaga de Bilbao. La sala estaba llena, media de edad muy alta, y como casi siempre llegamos corriendo.
El programa era un clásico en el repertorio pianístico, Chopin, Rachmaninov, y Ravel, aunque diré no soy gran conocedor de las obras para piano solo. He escuchado las obras básicas, pero siempre me han interesado más las obras de cámara, cuartetos, orquestales...
La primera parte la integraban obras de Chopin: la Fantasía Impromptu, el nocturno numero 15 y la sonata op58. En la segunda parte, Achúcarro micrófono en mano, se dispuso a explicar las obras que iba a tocar, actitud de agradecer porque se aprecian mucho más si conoces parte de lo que el compositor quería expresar. Interpretó de Rachmaninov el preludio póstumo, el OP32 nº5, el OP32 nº12, y op 2 nº1. Además Gaspar de La Nuit de Ravel (Ondine, Le Gibet y Scarbo)
Por si esto fuera poco, se marcó unos 20 minutos de bises, entre los que, salvo que me equivoque, estaba la Danza del fuego de falla.
El resumen de la actuación es breve: una pasada.

Estas últimas semanas he visto también a la BOS, que este mes ofrecían 3 conciertos en Bilbao.
El número 5 nos ofreció obras de Pablo Solozabal (Victoriana. Suite para orquesta sobre coros de Tomas Luis de Victoria) de Alessandro Marcello (Concierto para oboe, cuerda y continuo) y en la segunda parte Pulcinella de Stravinsky con una mezzo, un tenor y un baritono. Había escuchado esta obra sin los cantantes y me gustó algo más. El concierto bien, sobre todo esta última pieza.

El número 6 en cambio no es que me gustara sino que me encantó. Dos obras con una gran tensión y con atmósferas de dramatismo que te hacen permanecer casi sin moverte. La primera era la sinfonía de cámara de Shostakovich op.110a orquestada por Rudolf Barshai y la segunda la Sinfonía nº5 de Tchaikovsky. Por la red se pueden escuchar completas para el que tenga curiosidad. El resumen del concierto: otra pasada.

El concierto número 7 no lo vi entero ya que en el descanso nos fuimos. La obra representada en el concierto de navidad era La Creación de Haydn. Obra densa que a mi compañera no le estaba haciendo gracia, sobre todo porque no sabía qué es lo que los interpretes estaban cantando, y porque los recitativos se hacían un tanto pesados. A mí lo de no entender me daba un poco igual, sobre todo cuando te cuentan la creación del mundo por Dios, o era dios?, pero los recitativos sí se me hacían pesados.

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