jueves, 29 de octubre de 2009

Billy Budd y Ute Lemper

El sábado pasado, tenía la intención de presenciar la segunda opera de la temporada de la ABAO, y diré tenía intención, porque por una jugada del destino llegamos 3 minutos tarde, y esta vez, sí se cumplieron las normas y no nos dejaron entrar. La causa de nuestro retraso, igual debería buscarla en una mala gestión de la policía municipal, porque debido al maratón que se organizó en Bilbao, estuvimos 35 minutos para poder entrar en la ciudad. Las calles principales de la villa estaban cortadas y bueno, un caos, o como suelo decir "el caos reptante". No fuimos los únicos que nos juntamos en la cafetería del Euskalduna a ver la opera por la pantalla que allí tenían instalada, mientras nos tomábamos un algo.
Entramos en el segundo acto a ver Billy Budd de Benjamin Britten y salí con la sensación de que debía haberla escuchado antes. Conocía el argumento, que era una opera sin voces femeninas, música de Britten, pero seguramente la habría disfrutado más, de haberla conocido. De todos modos me pareció una gran obra, con un libreto que tiene un dramatismo tremendo y que te engancha desde el primer momento, aunque las voces estén mejor o peor que es una cosa que no entro a valorar. La iluminación y la puesta en escena increíbles.

Y el lunes estuve en el Teatro Arriaga escuchando a Ute Lemper. No era una de las interpretes que tenía controladas. La conocí hace unos cuantos años cuando apareció por casa un CD, regalado por alguna revista si no recuerdo mal, en el que la artista alemana cantaba piezas vetadas por el nazismo. Cuando vi en la web del teatro que venía, me dije, es la oportunidad para conocerla y verla en directo. Y bendita la hora, ya que tras escuchar unos cuantos discos me ha parecido una mujer a tener muy muy en cuenta a partir de ahora. Y sobre todo, después de verla en directo donde el lunes desplegó un muy buen hacer en la hora y cuarenta y cinco minutos que estuvo en el Arriaga con su espectáculo "Last tango in Berlin"
Tras ver el programa dije: menudo paseo musical. Francia, Alemania y Argentina representadas a través de algunas de sus grandes figuras. Me llevé una grata sorpresa cuando se puso a cantar en castellano las obras de Piazzolla, que era lo que no me esperaba, y allí estaba la alemana acompañada de piano y bandoneón desgranando tango tras tango. Que yo recuerde Chiquilin de Bachin y María de Buenos Aires. Esta última fue cantada por Dulce Pontes hace unos meses en el concierto que asistí. Peculiar el estilo de Ute Lemper al cantar en castellano, pero a mi me pareció un espectáculo digno de verse.
Canciones como Lilli Marleen, Amsterdam y alguna más que no recuerdo fueron interpretadas con gran garbo y con una excelente voz. No conozco mucho este tipo de músicas (Jacques Brel, Edith Piaf...) con lo que si tengo tiempo, me tendré que poner a escucharlas.
Cerró su actuación de Ne me quitte pas, a petición de un señor de primera fila.

No hay comentarios: