martes, 6 de octubre de 2009

Norma en Bilbao

Entrada con retardo. Pude presenciar el estreno de la temporada de la ABAO el sabado 26 del pasado septiembre, con la representación de Norma de Vicenzo Bellini, y este es mi pequeño apunte sobre lo que por allí se vio.
Como me esperaba vi mucho traje largo, algunos muy ridículos hasta llegar a unos extremos que yo considere surrealista, mucha corbata, pelo blanco por doquier, y luego había gente que iba pues, sin llamar mucho la atención, como fue nuestro caso. Caso curioso fue ver a un chico con sandalias.
La ópera siempre ha tenido la imagen, creo que bastante ganada, de espectáculo para la "élite". Ciudadanos con poder adquisitivo y con una cultura musical amplia y el desconocimiento hace que se tenga la impresión de que es una música aburrida. Lo mismo se podría decir de la música clásica en general, aunque en la Opera se agudiza este sentimiento. No creo que esto deba seguir así, ni que para tener cultura musical haya que ir vestido de largo, ni ganar unos salarios muy por encima de la media, pero creo que esa es la impresión que desprende. Desde la ABAO se están intentando iniciativas para traer a más gente a sus espectáculos, mediante opera Berri, y alguna que otra medida, y espero que poco a poco vayan surgiendo efecto.
En cuanto a la actuación en sí, destaco a las dos protagonistas femeninas (Fiorenza Cedolins como Norma y Mariola Cantarelo en el papel de Adalgisa) que desde mi, humilde opinión de simple aficionado, me parecieron maravillosas. El resto bien, con un escenario bastante minimalista y diferente a lo que yo me esperaba que no me dijo mucho.
Dos cosas curiosas. La primera no encontrarme el programa de mano en la localidad, y la segunda que durante un solo de la protagonista al comienzo del segundo acto, algunos espectadores empezaron a gritar "fuera fuera", "un respeto". Desde mi localidad, estamos sentados en los balcones superiores, no pudimos ver nada de lo que pasaba. Al de un par de días me dieron la explicación de lo que sucedió: entraron al palco de honor todas las autoridades a los que se les tenía que haber prohibido hacerlo, ya que las reglas son para todos iguales, ¿o no?

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