domingo, 12 de agosto de 2012

Quincena musical

El viernes y sábado estuve por Donosti en la quincena musical, y antes de irme para Sicilia no quería dejar de comentar los dos conciertos a los que he asistido.
El viernes en el convento de Santa Teresa, escuchamos a la gran Raquel Andueza con la Galania, donde repasó temas de sus discos y aunque estaba siguiendo por twitter el basket, pude disfrutar de un gran concierto con dos bises estupendos.

Pero lo de ayer, y que conste que esto son opiniones personales de un simple aficionado a la música, no tiene nombre. Volvía al Kursaal para escuchar La flauta mágica, de Mozart. Allí nos sentamos y sucedió algo impensable en la ABAO, empezamos tarde, unos 10 minutos porque la gente no paraba de entrar, y lo mejor de todo, tras la obertura, los músicos pasaron porque todavía seguía entrando gente, yo acojado me quedé, porque esto es MUY FUERTE.
Empezaron a cantar, y empezó el despropósito, porque la puesta en escena del señor Alfonso Romero me pareció indigna. Una ambientación de la primera guerra mundial, con sonido por megafoni;, en la zonas del recitativo había un sonido de fondo que no sé que pintaba... no entendía nada. Además, ahora parece que es más importante enseñar carne que cantar y es que cantar, ayer se cantó poco.

Keneth Tarver, como Tamino estuvo muy bien, me gustó.
Auxiliadora Toledano, tambien me gustó en su papel de Pamina.
Jeanette Vecchione como la Reina de la noche, estuvo peor que mal. Tiene dos arias, la famosa de la reina de la noche, donde tuvo hasta gallos, una cosa bárbara, además que no se la oía nada. De lo peor que he escuchado nunca.
Dimiry Ivaschenko estuvo muy bien.
Leigh Melrose, como Papageno empezó flojo, pero luego se entonó, aunque su area con Papagena no estuvo a la altura.
Todo lo demás un tanto desastre, Monóstatos parecía un bufón, pero un bufón que no hacía gracia, las damas pegaban resultaron gritonas, y Papagena también mal. Incluso los niños de la escolania no me gustaron.

Como siempre digo, esto es una opinión personal, pero es la peor ópera que he visto nunca, y salí de bastante mala leche.

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