sábado, 8 de septiembre de 2012

Sicilia I Palermo

Podría comentar varios temas, unos mejores o más alegres y otros menos, pero como en agosto he pasado unos días fuera y la verdad que la isla me ha encantado creo conveniente ir comentando algo de este viaje.

Para empezar, decir que puede que agosto no sea el mejor mes para ir, pero también comentar que aunque haga calor, es más soportable que el de por aquí. Pero sí, mucho calor.
Por otro lado todos los tópicos de los italianos se acentúan en el sur, y a veces llegando a la desesperación, porque alquilamos un coche, y a veces he pasado miedo por la carretera, porque donde circulan dos circulan tres, te pitan para que te metas al arcén y pasen, y claro los limites y las señales están de adorno. También destacar el tema de la suciedad, las ciudades no están relucientes, ni siquiera dignas en algunos lugares. Fachadas que se caen, palacios con lonas porque los tejados tienen desprendimientos, basura por las calles (mucha, aunque esto es un problema serio de las ciudades porque parece que la mafia controla el tema de los residuos) ... No me puedo olvidar de la pobreza, como todos sabemos Sicilia no es Roma, ni Florencia, Milán ni cualquier ciudad del norte y hay mucha inmigración y pobreza. Pasamos por un barrio, mercado de los típicos en la calle, y la verdad que me llevó una impresión bastante dura, gente tirada, el pescado con moscas...

Quitando estas cosas, que más o menos te las puedes esperar, la Isla es impresionante. Por ella han pasado fenicios, griegos, cartaginenes, romanos, bizantinos, árabes, normandos, aragoneses y todos han dejado algo y algunos complejos impresionantes como espero ir mostrando.

Empiezo por Palermo.
La primera impresión es la de una ciudad sucia, con las fachadas ennegrecidas por el caos circulatorio, con las motos pasando a tu lado a toda velocidad, con zonas donde se ve la pobreza, y otra donde se me mucha policía. Según nos comentaron hay proyectos para desviar el tráfico y empezar una rehabilitación de edificios. Si esto se lleva a cabo, la ciudad podría convertirse en una delicia, porque aunque ahora la veamos sucia y decadente es para visitarla.

Hay varios lugares que no podemos dejar de visitar.
Para los amigos del Barroco, la ciudad puede ser una especie de paraíso porque además de multitud de palacios, tenemos el Gesú (restaurada hace no mucho) que como bien me decía un profesor para definir el barroco, es el horror del vacío y así es la iglesia: todo repleto de decoración, mármol, mármol y más mármol.
La Martorana estaba cerrada con lo que no pudimos entrar, y Santa Caterina, pues igual que el Gesú, decoración sobre decoración.
Luego Cuattro Canti y la plaza Bellini son construcciones civiles destacadas.

Pero lo mejor, y con gran diferencia es poder contemplar la Capilla Palatina, destino principal de la ciudad, encargada por el rey normando Rogelio II, y donde podemos ver una secuencia de mosaicos simplemente impresionantes (he subido unas fotos) obra de artesanos bizantinos. Se narran historias del viejo testamento, y el pantocrator es de inspiración griega. Las Muqarnas (piezas que imitan las estalactitas) del techo también son destacables, donde la inspiración vino de los árabes. La capilla se encuentra dentro del complejo del palacio normando que no pudimos visitar porque algunos días cerraba.

Si no hemos tenido suficiente, y si lo hemos tenido da igual, desde la salida de la capilla, podemos coger un autobús para ir a Monreale. Como suele ser habitual, dicho transporte llega cuando llega, nosotros esperamos 45 minutos. Tras una media hora de camino, y subir a Monreale, podemos ver otra de las joyas de la zona, que es la catedral. Construida por Guillermo II, nieto de Rogelio II, y como acaba con disputas con la iglesia, decidió que su catedral iba a ser mejor que la de Palermo y Cefalú, y puso tanto empeño que dicha catedral de Monreale puede ser el mejor edificio normando de Sicilia. Influencia bizantina por supuesto, pero simplemente es una construcción increíble. En sus muros vemos historias del antiguo testamento y de la vida de Cristo. Además de todo esto tenemos el claustro, con arcos románicos y bellas escenas en los capiteles, todos diferentes, y donde vemos uno en el que el rey ofrece la catedral a la virgen (en las fotos se puede ver)  Casi me olvido, en una de las capillas tenemos la reliquia de San Luis, rey de Francia y cruzado. Junto a la reliquia tenemos La Capilla del Crucifijo, donde se narra en mármol de colores la historia de Jonas, y vemos a un Cristo crucificado en un árbol único, junto a 6 columnas salomónicas de marmol y estatuas de los profetas Daniel, Ezequiel, Isaias y Jeremías.
Por cierto comimos allí por 15 euros un menú típico siciliano. No recuerdo el nombre porque las tarjetas estaban en la maleta que llevo esperando 15 días a que me le entregue Vueling.


Sigo con Palermo. No debemos de decir de visitar la Catedral, joya arquitectónica donde se pueden apreciar multitud de estilos, la cúpula barroca se la podían haber ahorrado, y donde lo más destacado es el exterior. Se puede visitar el tesoro donde podemos ver la corona del s XIII de Constanza de Aragón.

Además de lo indicado, hay dos teatros enormes, y dar un paseo por las diferentes calles, el jardín de los ingleses puede ser un buen pasatiempo. En dicho parque mientras estábamos comiendo unos viejitos se pusieron a escuchar en casette arias de diversas óperas cantadas por Mario del Monaco

Dejo un enlace con algunas fotos.







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