Como suele ser habitual siempre que hay concierto de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa acudo al palacio Euskalduna a presenciarlo. Así como del concierto anterior no conocía algunas de las obras, el de ayer fue un clásico entre los clásicos de la música barroca.
Empezamos con el famoso concierto de Brandemburgo nº3 en Sol mayor para cuerda y continuo, BWV 1048 de J.S. Bach a cargo de algunos de los integrantes de la orquesta. La primera parte concluyó con el concierto para dos violines, cuerda y continuo en Re menor, BWV 1043. La verdad que estuvo muy bien, y el público que casi llenaba el palacio así lo reconoció,y por supuesto Bach es Bach, uno de los pilares fundamentales de la música, cuyo legado es inmenso.
En la segunda parte pudimos escuchar Las cuatro estaciones del veneciano A. Vivaldi, otro músico de los que marcaron época y tuvieron gran influencia posterior. Nunca había escuchado la obra en directo y la verdad que como siempre, la orquesta estuvo impecable, a mi entender claro está. No suele ser habitual, pero se realizó un pequeño bis.
Cuando estaban interpretando esta última obra, me vinieron recuerdos de mi estancia por Venecia, y me acordé del trío que solía estar tocando en una de las cafeterías de la plaza de San Marcos durante las tardes.
El director de la orquesta además de ser el violín solista fue Wolf Dieter Streicher, y en el concierto para dos violines le acompañó Charles Bingham.
La semana que hay de nuevo concierto del programa de abono aunque no tendrá nada que ver con el de ayer. Se tocaran piezas de la getxotarra Isabel Urrutia y de Salvador Brotons supongo que el primera parte y la segunda corresponderá a la orquestación que realizó Ravel de los Cuadros de una exposición de Mussorgsky.
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